Agencia Excélsior|Ciudad de México
La vida de Georgina Rodríguez es un cuento de hadas: es novia y madre de los hijos del mejor futbolista del mundo, Cristiano Ronaldo; modelo de bastantes marcas de alta costura, invitada a galas como el festival de cine de Cannes y Venecia, empresaria, dueña de su línea edición limitada OM by G, etcétera.
“Cada que tengo la oportunidad de salir o hacer algo fuera de lo común me llevo a una de mis amigas. Me gusta compartir algo de lo que vivo. Porque yo también empecé de abajo; vendía el lujo y ahora lo vivo”, narra la celebridad al inicio de su documental Soy Georgina, disponible desde hoy en Netflix.
La producción, original de la plataforma de streaming, se dedica a desglosar la vida personal y la historia de esta chica nacida en Buenos Aires, Argentina, y criada en Jaca, España, donde trabajó en tiendas de moda por su fascinación por este mundo del lujo. Prada, El Corte Inglés y Gucci son parte de su currículum y los sitios donde conoció y se enamoró de CR7.
A lo largo de sus capítulos, de más de 40 minutos de duración, los fans del futbol podrán conocer mucho más de El Bicho, porque es parte inherente de Georgina, quien tiene en uno de sus tocadores una foto de su novio anotando el mejor gol de su vida en contra de la Juventus de Turín y aun vistiendo la camiseta del Real Madrid, totalmente firmada “con amor”.
Cristiano, cosa rara en él, más no imposible, se presta a rendir testimonio sobre la personalidad de su pareja, calificándola como una madre amorosa y la mujer de su vida. El señor Champions League deja de lado el balón y comparte momentos bastante íntimos, como su primera cita y la vez que llevó a que Georgina conociera París.
“Me puse una peluca con mucho mejor cabello que el mío, porque era de verdad, gorra, lentes, una bufanda enorme para pasar desapercibido (en Disneyland), pero en un juego se me estaba volando todo y la gente me reconoció por esto (mi manzana de Adán), que lo tengo muy pronunciado”, contó.
Georgina dijo que los niños fueron los que lo reconocieron y Cristiano atendió a los más que pudo. No sorprende en absoluto la humildad de CR7: recientemente buscó a la mujer que a diario le regalaba hamburguesas de McDonald’s cuando era joven y la llevó a cenar en agradecimiento.
Georgina lleva al espectador a conocer la base del diseñador francés Jean-Paul Gaultier, a su yate en Mónaco para ver una carrera de la Fórmula Uno, a sus casas en Turín, Italia; y Madrid, España, verdaderas mansiones de muchísimos metros cuadrados donde, según ella, solía perderse las primeras veces que Cristiano la llevaba.
Soy Georgina pretende justificar la fantasía que pocos tienen la oportunidad de vivir y contrarrestar el concepto de tenerlo todo, el de la frivolidad, a través de la siempre presencia de sus amigos, agentes, familiares y allegados, a quienes buscan compartir todo lo que tienen sin esperar nada a cambio más que su fidelidad. Claro, exceptuando los regalitos que le pueden dar a Georgina, como una cadena de oro comprada entre cinco personas.
Atacada por su familia
Esta semana que Netflix anunció con bombo y platillo el documental Soy Georgina, su familia materna le dijo al diario británico The Sun, tabloide sensacionalista en Reino Unido, donde actualmente juega Cristiano Ronaldo como estrella del Manchester United, que es una mujer malvada.
Fue su tío, Jesús Hernández, quien dijo que se olvidó de ellos, pese a que en su documental afirma ser una mujer compartida y aunque él la crió y estuvo al tanto de ella cuando su padre cayó en la cárcel por tráfico de drogas. Su principal molestia, no les avisó que su papá falleció en 2019, en Argentina.
“Yo era el encargado de mantener a Georgina y su hermana, de comprarles ropa, pagar la luz y el agua. Vivió conmigo en su adolescencia hasta que mandaron a mi cuñado a su país. Nadie nos dijo de la muerte de Jorge, así que escribí al Facebook de Cristiano y le dije que tiene la mujer más malvada a su lado.”
Su media hermana, Patricia, por parte de su padre, agregó que Georgina le negó una camiseta firmada por Cristiano para su sobrino, aludiendo a que el astro portugués estaba descansando.