Rodrigo González|Ciudad de México
Desde el palacio federal, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que en México hay una democracia auténtica en la que no hay represión ni censura.
“Quiero agradecer a todos los que simpatizan con nosotros y los que no, porque no pasan de insultos, enojos y difamaciones”.
Algunos opositores “calumnian vilmente, pero no tiene ningún efecto. Antes sí impactaba porque tenían el control de los medios y porque las autoridades, no todas desde luego, pero las de más arriba, carecían de autoridad moral. Lo que protege a un gobernante que tiene como misión transformar un país es su honestidad, ese es su blindaje; eso es lo que permite que no lo destruyan, la autoridad moral, que es la que da autoridad política”.
López Obrador aseguró que esta jornada dominical refleja que, en lo interno, tanto en el plano económico como en lo político, vamos, diría, “requetebién”, pues “el Zócalo estuvo lleno de manifestantes, se logró izar la bandera nacional”. Hay libertad de expresión, de manifestación, como nunca, como nunca. No hay persecución a nadie, no se reprime a nadie. “Insultan al Presidente, eso no sucedía antes. ¿Insultaban al licenciado Peña Nieto, a los anteriores presidentes?”
Posteriormente, se declaró confiado por la continuidad de la transformación, porque “imagínese lo frustrante que sería, después de haber sentado las bases para una transformación, el que al poco tiempo regresara la corrupción, y el influyentismo, y el nepotismo, y el clasismo, y el racismo, y el desprecio al pueblo, y se volviese a imponer la oligarquía, y México volviese a ser un país de unos cuantos. No podría yo estar tranquilo”.
Por ello, aseveró que si alguien le preguntara cuál es su mayor molestia sobre el sector conservador, respondería claramente: “su hipocresía. Es que se dan baños de pureza”.
Para concluir, cuestionó que, en el pasado, una autoridad legítimamente constituida estaba convertida “en un títere, un pelele, de una corporación televisiva, pobre país, eso no lo merece ningún pueblo”, porque la autoridad política deviene de la autoridad moral, porque si se cuenta con eso, no hace falta recurrir a la represión, al autoritarismo, la censura. “Nada más, a ver: Televisa, tú estás diciendo esto, tienes responsabilidad de probarlo, no puedes calumniar”.
Finalmente lanzó: “A ver, corrupción de mis hijos. ¿Pruebas? ¿Dónde están? Mis hijos no son corruptos. Y demuéstrenme lo contrario, los desafío, porque si no… Y además ya lo doy por asentado, son unos viles calumniadores nuestros adversarios del bloque conservador, porque así es la derecha en todo el mundo, son muy falsarios, muy hipócritas”.