Rodrigo González|Tuxtla Gutiérrez
Cada vez queda más claro quien es la mejor opción en la sucesión del movimiento de la Cuarta Transformación del país y eso pocos lo entienden, como pocos entienden que es una revolución de las conciencias de más de 40 años, bajo el liderazgo del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Esa pieza clave es el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, su paisano tabasqueño, su amigo, “su hermano”, como Andrés Manuel dice, con quien comparte un pensamiento democrático y de justicia social para todos los sectores.
En los últimos días surgieron campañas mediáticas que especulan respecto a la agenda de trabajo del titular de Segob, pues lo vieron caminando en las calles de Boston, Estados Unidos, mientras que el mandatario federal anduvo de gira en los estados de Chiapas, Veracruz, Estado de México, Nayarit y Nuevo León.
A esta incertidumbre se sumó la cancelación repentina de su asistencia a la reunión plenaria del Grupo Parlamentario de Morena en el Senado, donde Adán Augusto participaría martes y miércoles, junto a funcionarios como el canciller Marcelo Ebrard y la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, entre otras figuras importantes del gabinete federal.
Lo cierto es que están más juntos que nunca, más de los que se imaginan los opositores y conservadores, pues —a decir de los analistas políticos— Andrés Manuel López Obrador no es un político improvisado, mueve sus piezas, y Adán Augusto no se mueve sin su instrucción o consentimiento.